domingo, 8 de abril de 2012


...?
Hay momentos en la vida...que quisieras que no se cuenten.
   
Esta es la historia de Kate,  una hermosa chica, independiente, segura de la vida y de sí misma. Estudiante de Arte de la Universidad de Stanford, California. Saliendo de clases, como eventualmente hacía, entró al café donde frecuentaba ir. Al salir, con una leve sonrisa, cruzan  sus miradas… esa mirada con la persona que jamás pensaría olvidar.
Leo era un chico difícil de describir, más adelante ustedes descubrirán el porqué. Él, en aquel café, recogió  del suelo un afiche, era ella, el rostro de Kate donde ofrecía clases de arte para niños, y rápidamente fue tras ella. La alcanzó, la tomó suavemente del brazo y le dijo:

Leo: ¡Hola!, disculpa creo que esto te pertenece.   
Kate: ¡Gracias! ¿Corriste hasta aquí para dármelo? 
Leo: La verdad no. Corrí hasta aquí para pedirte que salgas conmigo esta noche. Disculpa mi sinceridad y atrevimiento nuevamente. No me he presentado mi nombre es Leo. 
Kate con una sonrisa y apunto de reír dice: Leo… mucho gusto, mi nombre es Kate. Y respondiendo a tu pregunta, de acuerdo vamos, pero con una condición. 
Leo: ¿Cuál?
Kate: Quiero ir al cine, ver la película que yo elija y al salir me acompañes a ver las obras de arte que diseño.
Leo: Ten por seguro que no habrá un no como respuesta. 
 Y así se conocieron, no es sólo una historia en que se miran a los ojos y se enamoran, es algo más allá que hace que dos seres humanos encuentren un momento en su vida.

Pasaron los dos años más indescriptibles y soñadas hechos por ellos. Aquella noche Leo, manejaba al lado de Kate bromeando, riendo y cantando la música que en la radio sonaba. Detuvieron el vehículo debajo de un puente y él, con un suspiro, se acercó a ella suavemente, la miró a los ojos, tomó su mano y le dijo: ¡Quiero que este momento nunca acabe!, he encontrado en ti a la persona que soñé, me comprometo a amarte siempre, a ayudarte a amar la vida, abrazarte con ternura, hacerte tocar el cielo con las manos y que siempre sepas, en lo más profundo de mi alma, que no importa que desafíos nos separarán, siempre estaré apoyándote por sobre todas las cosas...
De pronto algo inesperado sucedió: Un autobús pasó a toda prisa y chocó contra el carro donde ellos se encontraban estacionados. Ella no tenía cinturón y salió violentamente por la luna delantera. Él, ileso, corrió hacia ella tomándola en sus brazos, gritándole su nombre. Kate estaba inconsciente, Leo se empapó de la sangre de su amada. Los vehículos pasaron y los auxiliaron llevándolos al hospital más cercano. Este accidente como muchos otros, no sólo cambió la vida de los protagonistas, se olvidó un presente y un futuro anhelado por ellos.
Kate tuvo una lesión cerebral traumática y perdió la memoria, la parte más importante de su vida. Ella recordaba el momento en que salió de la casa de sus padres, cuando estudiaba leyes, pero no lo que la motivó a mudarse a estudiar arte y tampoco le vino el recuerdo de cómo conoció a esas chico que la hacía feliz…Tengo una teoría, la mía es de esos momentos, de impacto… esos destellos tan intensos que cambian totalmente la vida, y que en ese instante llegan a definir lo que somos. La suma de esos momentos que hemos experimentado, estos que se convierten en parte de historia, momentos de impacto que definen quienes somos. Pero nunca he considerado… ¿Y si algún día no puedo recordar nada? 
A partir de ese momento Leo intentó todo para poder recuperar los recuerdos que ella había perdido. Trató que su vida fuera la misma desde el momento en que la conoció. La llevo a la casa en la cual vivieron juntos, observando aquellos videos que tenían juntos en la playa, en el parque y en las bodas de sus amigos, la llevo al taller donde esculpía sus abstractas obras de arte, al mismo café donde se conocieron; ella sólo lo miraba con una leve sonrisa entendiendo lo que él quería, que recordara…Leo se esforzó por hacerle recobrar los momentos que los hacían felices pero lamentablemente no obtuvo una respuesta de ella. 
En una habitual cita con el médico, éste le pregunta a Kate… ¿A que le tienes miedo?
Ella le contestó: A no lograr ser la persona que todos desearían que fuera. No puedo pretender que las cosas están bien con Leo si lo veo como un completo desconocido. No pueden todos decirme siempre que esto es un proceso de recuperación, si todos los días de mi vida estoy tratando de recordar quién era; como procesar a alguien que no conozco y que cada vez que me mira y me cuenta todos los momentos felices que hemos pasado, yo sin prestarle atención simplemente sigo pensando ¡QUIEN SOY!
Kate nunca logró recobrar la memoria, Leo entendió que su vida no volverá a ser la misma, no volverá a mirarlo como lo hacía, sólo será un extraño que intentó enamorarla.
 Leo le dijo: ¿cómo debes de dejar de buscar a la chica que amas? y decirte a ti mismo que es el momento de seguir adelante?
 Kate: Espero que algún día pueda amar como tú me amas…perdóname.
 Leo: Lo hiciste una vez…lo podrás hacer nuevamente.





















Joyce Infante Silva.